Continuando nuestro viaje terminamos el día visitando el Monasterio de Sta Mª de Huerta, ocupado por monjes cistercienses y cuya fundación se debe al rey Alfonso VII. Interesante la capilla mayor con un retablo barroco, cuya iconografía está concebida como una metáfora de la gloria celestial y de la orden monástica que presidia el Monasterio. ("casi na")
Personalmente me gustó mucho mas el refectorio de los monjes.. Una sala amplia y bien iluminada, con bóvedas sexpartitas . Curioso el púlpito del lector, situado a la derecha, y a donde se accede por la escalinata embutida en el muro.
En dicho refectorio se comía en silencio, mientras que un monje procedía a la lectura de párrafos de la biblia.
En dicho refectorio se comía en silencio, mientras que un monje procedía a la lectura de párrafos de la biblia.
El hermano lector de semana podía tomar vino con agua antes de empezar a leer por si se mareaba durante la lectura al permanecer en ayunas, pero luego comía con los servidores de cocina.
Separado del refectorio de monjes por la inmensa cocina había otro refectorio, llamado de "conversos"
Todas estas estancias, junto con la cilla (o almacen) son las dependencias más antiguas del Monasterio.
Sin duda muy monumental todo, pero no se si por el cansancio tras tantas horas de viaje o que, no me llenó en absoluto el lugar. Demasiada pomposidad y demasiado ornato, que sin embargo me produjo una sensación inmensa de frío y soledad.
Poco después entrabamos en Soria, y por fin nos alojamos en el Parador para una relajante ducha y un descanso merecido.
Seguiré aburriendoles con mis historietas. !Es una amenaza!
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