RECORDANDO A MIMO

No sé por qué ayer recordamos a Mimo.

Mimo, mi primer gato y mi primer siamés fue un gato especial en mi vida. Quizá por su caracter tan apacible, dulce y paciente yo me animé después a tener otros gatos.  Cuando lo vi en aquella tienda (Mimo fue el único animal que yo he comprado en mi vida) y me miró desde el fondo de la jaula, sin hacer ni un movimiento para acercarse a la reja, supe que queria a ese gato y solo a ese. Cinco mil pesetas me costó, de eso hace porrocientos años (1988, casi nada)

Estuvo siempre muy enfermo, primero una sarna auricular traída de la camada familiar y de la tienda de pollos donde sin orden ni concierto tenian todo tipo de animales sin garantias sanitarias..Luego una leucemia felina detectada tarde y mal, que arrastró toda su vida, con paciencia de santo, una pancreatitis, una rotura de dientes tras caerse por las escaleras, una quemadura en las patas al saltar sobre la placa de la cocina.. enfin, era el "abuelito pupas"  de mi casa.

Mimo el solemne

Y le adorábamos. Era tierno, dulce, mimoso, con personalidad.. Arrollador cuando quería algo, ecuánime con los demás gatos de casa.. en resumidas cuentas un placer de gato.

Pero ayer nuestro recuerdo fue del día en que murió.

Goyo vino de Milán de un congreso y yo estaba a mi vez en otro en Madrid. Al volver a casa mi pareja traía una fibrilación auricular severa que precisaba ingreso en hospital y que hizo que me llamara a la peninsula para que viniera a la mayor brevedad y así lo hice. Cuando llegué el panorama era desolador. Goyo en el salón con el corazón a mil por hora, y Mimo en el piso de arriba agonizando, me miraba pidiéndome que le ayudará ya y acabáramos con su sufrimiento

Nunca agradeceré lo suficiente a mi amigo Carmelo que estuviera a mi lado ese día. Sin su ayuda y compañía no hubiera podido con eso. De verdad Carmelo, gracias gracias gracias amigo mio. 

Fui al veterinario y lo mandé dormir. Fue una decisión durisima pero que quedó tapada por la urgencia cardiaca de mi marido. Así que, pasado el trámite, me devolvieron al gato envuelto en una bolsa negra de basura. Y cuando llegué a casa llorando como una magdalena lo único que se me ocurrió fue meterlo en el congelador.

Cuando se arregló el tema de la fibrilación del socio (entre unas cosas y otras se había pasado más de una semana) y el necesitaba descanso para recuperarse...

Y de repente surgió la pregunta: ¿Que hacemos con Mimo?  Quiza ahora resulte hasta gracioso y divertido pero entonces... uff..

Quería enterrarlo en un sitio bonito, y mira que en Gran Canaria hay sitios preciosos. Así que me decanté por el Camino de la Plata, desde donde hay unas vistas preciosas sobre el Roque Nublo y el Roque Bentaiga.  Allá que nos dirigimos, yo con Mimo en la mochila y Goyo cargado con el pico para hacer el hoyo.

No se que pensaria la gente al vernos pasar con una pala al hombro, por el camino real. Pero yo no he pasado peor rato en mi vida. La caminata hasta donde queríamos ir lleva lo menos una hora y media..y en ese tiempo...enfín, no calculamos que lo que está congelado tiende a descongelarse.

La mochila que yo llevaba con Mimo, iba chorreando agua por todos lados, y yo empapada hasta la médula. Cuando llegamos, una zona de pinares preciosa, nos pusimos al tajo con la pala..! y un cuerno la pala.. ese suelo era piedra pura y dura,...allí no había mucho que hacer con la pala.

En el pequeño hoyo que pudimos hacer lo colocamos y luego pusimos unas semillas de trébol de cuatro hojas. Nos quedamos hechos polvo y desde entonces nunca nos devuelven al animal cuando, por el motivo que sea, ha terminado su andadura y está en el arco iris gatuno.. Bastante mala experiencia fue aquella.. por Dios....

Por eso prefiero recordarlo cuando guasón jugaba a esconderse de nosotros y no asomaba ni un bigote por mas que lo llamáramos..

Jodío Mimo..ójala seas muy feliz allí donde te encuentres..! Te echamos de menos chiquitin !