Les cuento un caso que ocurrió anteayer en mi casa. Maximiliam es un gato callejero, cien por cien urbanita, que está acostumbrado desde cachorro en su grupo familiar a comer lo que hubiera. Tanto es así que en casa "NUNCA" la hace ascos a nada, sea esto una guindilla picante, unas aceitunas, o una mosca volando que estupidamente caiga en sus patas..
Siempre hemos comentado que de no haberlo recogido (rectifico, de no habernos adoptado el a nosotros).. hubiera vivido como un marajá en el solar donde vivia con su familia gatuna.
El otro día, durante la cena, no es que esperara a que algo le llegase al plato. Simplemente el olor le atrajo demasiado y como sus "entregados servidores" éramos muy lentos, decidió servirse solo.
Alargó la pata, pilló carne, pero en este caso equivocó el tipo de carne y por error clavó las uñas en la mano de mi costilla.
La reacción inmediata de un sopapo no se hizo esperar, más que nada porque a los que saben de las uñas gatunas, saben también del dolor de "algunas agujitas" que gastan los mininos.
Añadido al azote un grito enérgico y una prohibición de bajar por el salón en lo que quedara de noche, se situó estratégicamente en el último peldaño de las escaleras y nos miró de hito en hito.
Pues bien, ayer, en la hora de la cena, bajó solemne, se situó a una suficiente distancia de nosotros, enroscó su rabo delante de sus patas y nos miró. Para mi que ni parpadeaba.
Y claro, yo tuve que verlo. Supongo que los gatos saben que si miran "muy muy fijamente" algo, ese algo suele volver la mirada hacia ellos.. Por que vamos, es que no pude por menos. Lo vi, y bueno..es el colmo.. acabé pidiendo a la costilla "que lo perdonara"
Maximiliam |
La mirada del susodicho estaba estudiada vamos..que ni en una universidad gatuna. Así entre digna y con ojitos de esos que te derriten.
La costilla se echó a reir y le largó un trozo de atún de la ensalada (que Max se pirra por el) . Bajó el hocico, lo olió, y ¿saben qué? Pasó olimpicamente del trozo. Nos volvió a mirar y si las miradas se tradujeran en palabras hubiera dicho que pensó: !Que os den, a mi no se me compra así como así!
Y en esas estamos.
Siempre he reflexionado sobre el motivo de que me gusten más los gatos que los perros. Ayer lo descubrí: Mis micifús tienen "DIGNIDAD".. Y te enteras, vaya si te enteras....
Que lindo, Ruska!
ResponderEliminarÉ segredo mais eu sou uma mulher de gatos, não de cães também!
Max é lindo, parece uma pantera negra. Os meus gatos fazem TUDO por um punhado de atum! hihihihihi
Beijinhos com todo amor
Majô
que bueno dios me parto del todo de veras que si jajjaja mira el maximiliam como se las gasta
ResponderEliminarjajaja
un beso
jajajajajj la historia es muy, muy gatuna Ruska!!!!! a mi también me encantan estas reacciones de los mininos jajajajajajajaj Son estupendos. Sio tuviera un patio como tu, tendría dos o tres más!!!!!
ResponderEliminarUn beso gatuno.
Gracias por vuestros comentarios. Lidia, aunque no te lo creas, mis gatos no salen a la calle a pesar del patio. Ya tuve un vecino desalmado que se dedicaba a envenenar perros de la vecindad.. y en esas perdí a uno de mis perros (Sampo) y su muerte (tal como yo la viví) no se la deseo ni a ese cabronazo. Un abrazo
ResponderEliminarYa me lo imagino, mientras haya gente que vaya de este palo, no adelantaremos mucho. A estos les daría yo de su propia medicina!!!!!
ResponderEliminarUn beso gatuno.!!!
Gracias por tu comentario Anónimo. Cuidate.
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