Había una vez un gato orondo y hermoso, que convivía con un rabo tan orondo y hermoso como él. Se llamaban Gato y Rabo. Vale, vale... sus dueños no eran muy originales, que le vamos a hacer. Aun recuerdo cierto niño que le puso a su periquito azul Cielo y Ciela al de color verde, por supuesto. Vamos, la “supuestez” de los niños. Es lo que hay.
A lo que vamos: Rabo ya había pasado por doce vidas. Había vivido de pulga en un circo, mosca zumbona, colibrí en Ecuador (todo el santo día de flor en flor y venga a revolotear, que pesadilla), había sido camionero de la ruta Madrid-Zaragoza con paradas en media España (recordarlo aún le ponía los nervios de punta), había sido …bueno, había sido muchas cosas. Y cuando le preguntaron que quería ser esta vez, miró el catalogo de opciones y quedaban ya muy pocas. Repetir lo de pulga como que no. Extraterrestre en la luna…hummm...…no se, sonaba interesante, pero lo de vivir 283 años de media no le atraía nada.. Y se decidió por Rabo, porque leyó mal y entendió cabo. Esas cosas que pasan cuando uno lleva viajando 25 horas con paradas: Señores, parada en Medinaceli, señores 10 minutos en Calatayud…. Etc.
Gato, era la primera vez que tenía vida. El pobre..Era un sol. Ni se enteró cuando de chiquitín le pegaron a Rabo atrás con cola. Pertenecía a una familia grandota. Mama gata vivía en la Cárcel del Salto del Negro, en Gran Canaria..Se ponía las botas comiendo los restos del contenedor del comedor..y era buena cazando ratones, pero tuvo familia numerosa, y comenzó a quejarse de tanta chiquillería arriba y abajo, sin darle cuartel a la pobre. Así que les fue dando un hatillo con cuatro sardinas y ale, para la calle a buscarse la vida, que ya eran granditos.
Gato se vio en la calle, a la intemperie y sin saber que hacer. Era un gato muy dulce y tranquilote.. algo delgaducho porque sus hermanos le daban mucha caña y no llegaba a la teta de mama gata. Y al verse solo, y sin saber que hacer..se sentó en el bordillo de una calle y se echo a maullar lastimeramente. Rabo, viendo lo que le acontecía al gato, y como era de espíritu emprendedor y experimentado, se movió con indignación.. y Gato se volvió a mirarlo.
- “Oye, ¿tu eres tonto o que te pasa?” dijo Rabo
- Anda, ¿ y tu quien eres? ¿ Cómo es que hablas? dijo entre hipido e hipido Gato.
- Soy tu rabo, tonto el culo.. ¿Ahora te enteras que lo tienes? Mira, cambia de cara colega.. Estamos de suerte, eh? Ahora somos libres de irnos por ahí, de juerga. Lo primero que tienes que hacer es sonarte los mocos, que me estas poniendo perdido. Y después no te escondas detrás de esos matojos y sal a la carretera..Tenemos que conseguir un dueño rápidamente.
- Yo no se si sabré, dijo Gato, que seguía hipando desconsolado.
Rabo entonces le mandó un mordisco a los huevillos de Gato, y este, del brinco, se plantó en mitad de la carretera, donde casi provocó un par de accidentes de coche por querer esquivarlo. Y la gente cerraba el puño así como raro, desde dentro de los cristales del coche.. así que Gato les saludó levantando la pata y agitándola en el aire igual que ellos.
Ese es el origen del Maneki Neko, por si no lo saben.. y no las leyendas que cuentan por ahí.
Continuará....
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