YO TAMBIEN SOY LOLITA PLUMA

Mujer a contracorriente de todos, surrealista, vagabunda, decrépita y loca...Tantos epítetos para una sola persona, que desafió al mundo y a sus convencionalismos. Vistió como quiso, anduvo como quiso, y sobre todo AMO a los gatos.

Vendedora ambulante en el Parque de Santa Catalina, cargada de bolsos y pintada de la forma más estrafalaria posible. Sus ojos rasgados hasta el infinito, sus coleteros en el pelo, la boca pintada (pintarrajeada más bien) en una mueca imposible, la ropa (hecha por ella) de mil colores distintos, .. Esa mujer, hoy, seria carne de  frenopatico, y dirían que era peligrosa y necesitábamos protegerla de todo pero sobre todo de si misma. Y la encerraríamos.

Un día dicen que la apedrearon.. Quizá por qué estaba loca, quizá por qué impedía que los niños hicieran maldades a los gatos, aquellos que tanto amaba. Y ya no volvió a alimentarlos. Pero pagaba para que lo hicieran otros.

Ahora se ensalza su nombre, como siempre que ya hemos muerto. Eso fue antes de venir yo a las islas, pero oi hablar mucho de ella. El tiempo y, supongo, los intereses políticos hacen que se ensalce a quien antes se acosó y criticó.

Hasta los Gofiones cantan una canción, escrita por Braulio, que habla sobre ella:

Sonrisa desdentada

rimel y colorete

y un kilo de carmin

para ocultar sus labios

de toda mueca ruin.

Lacitos colegiales

en su encrespado pelo

y un traje bien chillón

absurdamente corto

justifica el revuelo

que a su paso dejó.

Mucha gente le tenia aprecio. Sin duda los gatos la tienen con ellos en su cielo, y es posible que el mundo fuera un poco mejor si existieran más LOLITAS PLUMA y menos egoismo, crueldad e hipocresia.

Un saludo desde Gran Canaria, de mi gente gatuna.