domingo, 13 de noviembre de 2011

RECORDANDO A RUSKA

Les voy a contar una historia de una gata especial.  Hace muchos, muchos años, una gata tricolor (si, una gata como las que la LUNA usa para bajar al mundo mortal y conocer a los humanos) llegó a mi vida. Volvía yo de trabajar de noche y al girar en una calle, en la esquina, había una gata pequeñita pequeñita. Paré el coche.  No se asustó. Bajé del coche y me acerqué. No se asustó. La cogí en brazos y pareció que me conocía de toda la vida. Se subió al asiento del copiloto como si fuera a mi a quien estuviera esperando en esa esquina, desde hace toda una eternidad. 
Decidí llamarla Ruska, como la ruska siberiana que llega a Escandinavia con sus colores otoñales,.. verdes, ocres.. dorados..naranjas.
Desde el primer momento demostró que no iba a ser facil tratar con ella, y que no era gata ni de tener dueños (así, en plural)  ni de compartir vida gatuna con otros animales.
Desafió a todo gato que se le puso por delante y convirtió en un infierno la vida de Cucho (el segundo siamés de mi vida)
Ruska de chiquitita, en el patio de casa

Cierto día, sin motivo, mordió con rabia la mano que la acariciaba, y dado que esa mano era la mía y que me dolió muchísimo, le solté un golpe árido y seco que la dejó aturdida y fuera del sofa.  Sorprendida, creo que entendió el mensaje y aceptó  mi autoridad sin rechistar, pero entonces comenzó un calvario en la vida de una gata absolutamente obsesionada conmigo. 
Si me acompañaba mi pareja se interponía entre ambos. Si yo dormía, ella velaba mi sueño de pie junto a la mesilla de noche, y cerca del alba se tumbaba sobre mi pelo a dormir.  

No toleraba ninguna intromisión en su territorio, ni la cercania de otros gatos. Solamente yo pude llevarla al veterinario, pues era rabiosa con cualquiera que intentase meterla en el transportin. Era, digamos, excesiva en sus afectos. Si dormida, al despertar  no me encontraba, salía, desesperada, en mi busca. Esta "luna" evidentemente era un poco "lunatica".

Sucedió que hacía 5 años que no salíamos de viaje fuera de la isla, y planificamos unas vacaciones estupendas. El tema del cuidado de los gatos lo resolvimos en una guardería de animales de la zona con muy buenas referencias. Fueron 15 o 20 días en los que cuando llamábamos nos decían que todos los bichillos estaban bien y que tranquilos, y como tal así estábamos.  A la vuelta nos encontramos un desastre tremendo. Ruska tenía la conjuntiva amarilla y había perdido mucho peso. El diagnóstico veterinario fue contundente: Lipidosis.  Algo, según parece, muy frecuente en animales muy apegados a la gente, y algo gorditos, que dejan de comer cuando se les abandona (supongo que mi niña pensó que algo así había hecho con ella) y movilizan todas sus reservas grasas obstruyendo las vías biliares (de ahí su color amarillento). 
La lipidosis suele ser benigna, pero no fue el caso de Ruska. Cada día mas enferma la pusimos sueros (que yo administraba en casa para evitar que volviera a pensar en el abandono)..le hicimos mil pruebas mas, le di mimos y cariños, pero en una semana se nos fue. 
Ruska, pintada por mi amiga Lidia
La echamos de menos, pero reconozco que la paz volvió a casa cuando ella (mi luna) volvió allá donde debe estar iluminándolo todo. 
Cucho, que desde hacia tiempo ni se atrevia a subir al piso de arriba de mi casa, merodeó buscándola y cuando se dio cuenta de su partida volvió a ser el mismo siames de siempre, dulce y nada miedoso. La sociabilidad entre gatos volvió a ser la tónica y yo pude dormir sin tener el aliento de una gata sobre mi nuca, o sus ojos junto a mi cara mirándome. 

En su recuerdo mi nick allá donde voy es RUSKA..en honor de una luna maravillosa que bajó del cielo para quererme y que volvió allá arriba para vigilar mi sueño y mi vida.

Ayer por fin pude recoger un paquete que mi querida amiga Lidia me había enviado. El cuadro de Ruska es tal cual la recuerdo, mirándome con sus ojos escrutadores, amarillos rodeados de una estrella verde dentada, escondida, agazapada tras de cualquier sitio, presta para jugar.. graciosa y divertida, pero seria muy seria en los afectos. Una luna que no podía ser feliz aqui, y por eso me espera para algún día acompañarme por los senderos de las nubes.   Gracias Lidia.. Un beso grande.


3 comentarios:

  1. Gracias a ti Ruska, el cuadro está hecho con todo mi cariño, pero nunca imaginé que me saltaran las lágrimas al leer tu relato.
    Sí, ella vino de la luna para decirte algo y se fué para seguir cuidándote desde allí.
    Un beso para las dos.

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  2. Ruska,
    Relato maravilhoso e emocionante... Apesar ter ter um pouco de dificuldade de entender seu idioma, pude ler com meu coração...
    Tenho certeza que um dia vamos estar todos juntos novamente, é o que me dá esperança de poder reencontrar meu Carlito (=^.^=)
    Beijos com todo meu carinho

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  3. Una lágrima se me ha escapado con tu homenale a Ruska.
    Tambien tengo una tricolor y vaya si tiene un carácter que se las trae. Será una cualidad de estas?

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